San Luis Potosí, SLP.- El Hospital General de Soledad, envuelto en la polémica las últimas semanas por manifestaciones de médicos y enfermeras, enfrenta ahora el desprestigio por la falta de seriedad del personal, ya que por “equivocación” entregan equivocados los restos y cuerpos de personas fallecidas a sus deudos.
Ayer jueves 2 de julio fallecieron dos personas en el Hospital General de Soledad, ambos con diagnostico de covid: una señora cuyos familiares le darían cristiana sepultura lo antes posible, como marca el reglamento de Coepris y un hombre que al principio estaba como “desaparecido” pero que después llegaron sus familiares, lo reconocieron y decidieron incinerarlo para llevar sus restos a San Diego de la Unión, Guanajuato, de donde era originario.
Los familiares del difunto dieron la autorización para la cremación de sus restos y una vez que les entregaron la urna con sus cenizas viajaron de regreso a San Diego de la Unión, para colocarlas en una urna familiar.
Cuando los familiares de la señora que también murió ayer arribaron arribaron a la sección mortuoria del nosocomio a reclamar los restos, por más que buscaron en todas las cámaras, en los refrigeradores, en las mesas, debajo de las mesas, en los almacenes, en las oficinas, en las camillas, en todos los recovecos del nosocomio, el cuerpo nomás no apareció.
Cuando el personal del mortuorio notificó al administrativo que el cuerpo de la señora no aparecía por ningún lado, comenzaron a investigar hasta llegar a la conclusión de que habían creado a la señora y el hombre que debía ser incinerado seguía ahí, esperando la sepultura, pues habían equivocado los cuerpos.
Para remediar el error, el director de Atención Médica, doctor Juan Jesús Martínez Lopez viajó a San Diego de la Unión, Guanajuato y explicó a la familia el error, las cenizas que se llevaron no eran las de su familiar, sino las de una señora que incineraron por error.
El doctor volvió a San Luis con la urna con las cenizas de la señora que finalmente entregaron a su familia y el hombre fue creado para también entregar los restos a su respectiva familia.
El director del nosocomio culpó a todo el personal y, como Poncio Pilato, se lavó las manos.